¿Cómo percibo mi docencia?
Cotidianamente duermo muy poco, se que esto no es del todo saludable pero, ni hablar, es la verdad, soy un noctámbulo empedernido.
Muy temprano como a eso de las 4:30 am inicia el trajín cotidiano, saltar de la cama para comenzar la jornada. Como es costumbre, bañarse, tender la cama, calentar la leche para los hijos, tender su cama, y el ritual del ir y venir, del bajar y subir constante para finalmente, meter a los hijos al auto y juntos mi esposa, hijos y este que escribe, salir con el tiempo justo para, primero dejar a mi esposa en la escuela donde labora, después dejar a los hijos con mi suegra (soy de los afortunados de contar con una suegra que nos apoya en todo) y luego salir con el tiempo ya encima para iniciar con las clases justo a las 7:00 am.
Al llegar a la Prepa, directo al salón de clases… “Buenos Días”, - algunos contestan, saludan con la señal de la “V”, otros apenas y se dan cuanta de que ellos mismos están en el salón de clase.
De inmediato, saco mi Lap Top, la enciendo (procuro que siempre tenga cargada la pila) abro el archivo del grupo en turno e inicio con la sesión.
- Paso Lista, Buenos días.
- Buenos Días. (al unisono)
Desde hace ya varias generaciones tengo la costumbre de pasar lista de una manera que me parece resulta agradable para los chicos. No es el típico pase de lista (uno, presente, dos presente, tres, presente…) ni tampoco (Aguilar, presente; Antunez, aquí; Bernal, mmmm…) No, el pase de lista consiste en que yo digo el apellido y ellos contestan con su nombre de “pila”, (Aguilar, David; Antunez, Gabriela; Bernal, Mauricio…) Me ha resultado porque eso me permite identificar por nombre y apellido a los más de 500 estudiantes que tengo por generación (la verdad es que no a todos los identifico pero si a la mayoría).
Luego del pase de lista, dejo sobre el escritorio un cuaderno especial para una actividad que también me ha resultado bastante significativa “La Relatoría”. Imparto la materia de Comprensión Lectora y Redacción (antes Taller de Lectura y Redacción), la relatoría consiste en que cada día un estudiante toma la decisión personal, enteramente voluntaria de redactar todo cuanto ocurre en clase, es un ejercicio bastante interesante porque se trata del testimonio escrito desde los estudiantes para la reflexión conjunta con el docente. La relatoría nos permite analizar, que fue y cómo fue que desarrollamos las clases, los temas, los comentarios y los movimientos de todos aquellos que asistimos a una determinada clase.
Particularmente me sirve mucho porque, al leer lo que escriben los estudiantes, puedo percibir no solamente cómo escriben y lo que escriben, sino que ven de la clase, cómo aprecian la clase y lo más importante, lo que yo no puedo ver de primera impresión de la clase. Es una herramienta magnifica porque es como si de pronto tuviera untar de ojos más, una mirada diferente a la mía propia, una posibilidad de objetivar el currículo oculto, en fin es una de las herramientas que me enseña muchas cosas.
Durante la clase, los alumnos pueden sentarse donde les parece más cómodo, en la butaca, en el piso, en donde ellos quieran, con el compromiso de estar muy atentos a las actividades correspondientes al día. Al inicio del semestre hemos puesto las condiciones de trabajo y una de ellas es que no debemos pedir permiso para ir al baño, “quien tenga necesidad, levántese y ande…pero recuerda, puedes engañar a cualquiera, menos a ti mismo”, al principio no lo entienden o lo toman a broma pero, cuando se dan cuenta de que en verdad no hay problema alguno para salir al baño, como que se les quitan las ganas de salir y desde que salir al baño durante la clase no es impedimento, mágicamente ya no tienen deseos.
Lo anterior permite que la clase sea más fluida y no se interrumpa con asuntos como ese, pedir permiso para salir del baño.
La clase que compartimos en un primer momento es enteramente informativa, procuro compartirles con ejemplos los diferentes temas que requerimos atender; en un segundo momento, se abre el espacio para plantear las preguntas que ellos tengan con respecto al tema en cuestión y en un tercer momento llevamos a la práctica lo que teóricamente se analizó.
Entre lecturas, preguntas y reflexiones de va la clase y cerramos siempre con un ejercicio de evaluación, que casi siempre es en el pizarrón; alguno de los alumnos tiene que pasar a esquematizar lo que se ha visto en la clase y si logra plasmar en un mapa conceptual, mental o cuadro sinóptico o alguna otra herramienta cognitiva lo visto en clase, hemos superado la prueba, de no ser así la retomamos en la siguiente sesión.
Mas o menos así es últimamente la clase que se imparte, grupo tras grupo, los resultados son diferentes y la dinámica de trabajo también porque, como en otros espacios he dicho y escrito cada grupo es un ser vivo con personalidad diferente.
Así se pasa el día y de un turno a otro, cambian muchas cosas, pero no la esencia de la clase.
Ya cuando la luz del sol se oculta, a veces ni cuenta me doy, regreso a la escuela de mi esposa y juntos vamos a la casa de mi suegra por los hijos, desayunamos-comemos-cenamos- algo antes de regresar a casa, para preparar las cosas del día siguiente, me da la media noche leyendo o escribiendo algo ya sea para la clase o para mi mismo. Es la rutina de todos los días pero, no todos los días es así (vaya contradicción) porque cada día siendo diferente, descubro algo nuevo.
Cotidianamente duermo muy poco, se que esto no es del todo saludable pero, ni hablar, es la verdad, soy un noctámbulo empedernido.
Muy temprano como a eso de las 4:30 am inicia el trajín cotidiano, saltar de la cama para comenzar la jornada. Como es costumbre, bañarse, tender la cama, calentar la leche para los hijos, tender su cama, y el ritual del ir y venir, del bajar y subir constante para finalmente, meter a los hijos al auto y juntos mi esposa, hijos y este que escribe, salir con el tiempo justo para, primero dejar a mi esposa en la escuela donde labora, después dejar a los hijos con mi suegra (soy de los afortunados de contar con una suegra que nos apoya en todo) y luego salir con el tiempo ya encima para iniciar con las clases justo a las 7:00 am.
Al llegar a la Prepa, directo al salón de clases… “Buenos Días”, - algunos contestan, saludan con la señal de la “V”, otros apenas y se dan cuanta de que ellos mismos están en el salón de clase.
De inmediato, saco mi Lap Top, la enciendo (procuro que siempre tenga cargada la pila) abro el archivo del grupo en turno e inicio con la sesión.
- Paso Lista, Buenos días.
- Buenos Días. (al unisono)
Desde hace ya varias generaciones tengo la costumbre de pasar lista de una manera que me parece resulta agradable para los chicos. No es el típico pase de lista (uno, presente, dos presente, tres, presente…) ni tampoco (Aguilar, presente; Antunez, aquí; Bernal, mmmm…) No, el pase de lista consiste en que yo digo el apellido y ellos contestan con su nombre de “pila”, (Aguilar, David; Antunez, Gabriela; Bernal, Mauricio…) Me ha resultado porque eso me permite identificar por nombre y apellido a los más de 500 estudiantes que tengo por generación (la verdad es que no a todos los identifico pero si a la mayoría).
Luego del pase de lista, dejo sobre el escritorio un cuaderno especial para una actividad que también me ha resultado bastante significativa “La Relatoría”. Imparto la materia de Comprensión Lectora y Redacción (antes Taller de Lectura y Redacción), la relatoría consiste en que cada día un estudiante toma la decisión personal, enteramente voluntaria de redactar todo cuanto ocurre en clase, es un ejercicio bastante interesante porque se trata del testimonio escrito desde los estudiantes para la reflexión conjunta con el docente. La relatoría nos permite analizar, que fue y cómo fue que desarrollamos las clases, los temas, los comentarios y los movimientos de todos aquellos que asistimos a una determinada clase.
Particularmente me sirve mucho porque, al leer lo que escriben los estudiantes, puedo percibir no solamente cómo escriben y lo que escriben, sino que ven de la clase, cómo aprecian la clase y lo más importante, lo que yo no puedo ver de primera impresión de la clase. Es una herramienta magnifica porque es como si de pronto tuviera untar de ojos más, una mirada diferente a la mía propia, una posibilidad de objetivar el currículo oculto, en fin es una de las herramientas que me enseña muchas cosas.
Durante la clase, los alumnos pueden sentarse donde les parece más cómodo, en la butaca, en el piso, en donde ellos quieran, con el compromiso de estar muy atentos a las actividades correspondientes al día. Al inicio del semestre hemos puesto las condiciones de trabajo y una de ellas es que no debemos pedir permiso para ir al baño, “quien tenga necesidad, levántese y ande…pero recuerda, puedes engañar a cualquiera, menos a ti mismo”, al principio no lo entienden o lo toman a broma pero, cuando se dan cuenta de que en verdad no hay problema alguno para salir al baño, como que se les quitan las ganas de salir y desde que salir al baño durante la clase no es impedimento, mágicamente ya no tienen deseos.
Lo anterior permite que la clase sea más fluida y no se interrumpa con asuntos como ese, pedir permiso para salir del baño.
La clase que compartimos en un primer momento es enteramente informativa, procuro compartirles con ejemplos los diferentes temas que requerimos atender; en un segundo momento, se abre el espacio para plantear las preguntas que ellos tengan con respecto al tema en cuestión y en un tercer momento llevamos a la práctica lo que teóricamente se analizó.
Entre lecturas, preguntas y reflexiones de va la clase y cerramos siempre con un ejercicio de evaluación, que casi siempre es en el pizarrón; alguno de los alumnos tiene que pasar a esquematizar lo que se ha visto en la clase y si logra plasmar en un mapa conceptual, mental o cuadro sinóptico o alguna otra herramienta cognitiva lo visto en clase, hemos superado la prueba, de no ser así la retomamos en la siguiente sesión.
Mas o menos así es últimamente la clase que se imparte, grupo tras grupo, los resultados son diferentes y la dinámica de trabajo también porque, como en otros espacios he dicho y escrito cada grupo es un ser vivo con personalidad diferente.
Así se pasa el día y de un turno a otro, cambian muchas cosas, pero no la esencia de la clase.
Ya cuando la luz del sol se oculta, a veces ni cuenta me doy, regreso a la escuela de mi esposa y juntos vamos a la casa de mi suegra por los hijos, desayunamos-comemos-cenamos- algo antes de regresar a casa, para preparar las cosas del día siguiente, me da la media noche leyendo o escribiendo algo ya sea para la clase o para mi mismo. Es la rutina de todos los días pero, no todos los días es así (vaya contradicción) porque cada día siendo diferente, descubro algo nuevo.
Hola Luis
ResponderEliminarMe agrada tu forma de dar clases eres muy dinámico ,y eso es fundamental en un maestro, regularmente los jóvenes no toleran el tedio y la monotonía y ser creativo y diferente rompe con lo cotidiano y siempre es algo nuevo sobre todo para tu materia que en muchas ocasiones no es del agrado de los chicos, esas cualidades ayudan bastante, después de todo esto ahora creo que la vocación tiene que ver mucho con la dinámica que aplicas en tu labor docente si te gusta tu trabajo lo haces con gusto y le pones mucho énfasis a tus actividades felicidades, y permíteme tomar algunas de tus dinámicas.
hasta luego.
Alfonso tus estrategias sinceramente son magnificas ya que ellas nos ayudan a crecer día con día , como dices en este momento no se dan cuenta de lo que realmente pasa y lo toman como broma , en lo personal mi primera impresión de usted fue típico maestro de siempre pero Ho¡¡¡ sorpresa es un maestro totalmente distinto a los demás usted si tiene interés por que los alumnos aprendan y no solo que hagan las cosas simplemente por hacerlas , usted me dejo muchas enseñanzas que en verdad al principio del semestre me parecían nada y ahora no sabe cuanto las valoro , lo aprecio y siga teniendo las mismas estrategias y si surge algún error aprender de el y mejorar.
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